domingo, 10 de junio de 2007

Conversación con Julio Medem

El director vasco Julio Medem es uno de los más brillantes realizadores del cine español de hoy. Dueño de una filmografía compuesta de títulos como Vacas, La Ardilla Roja, Los Amantes del Círculo Polar y Lucía y el sexo, ahora se pasa momentáneamente al documental con La Pelota Vasca, la Piel Contra la Piedra. Con él compone una profunda mirada al conflicto político vasco desde las voces de 70 de sus protagonistas y conocedores. Están allí: políticos, periodistas, sociólogos, filósofos, activistas, artistas, víctimas y familiares de ellas. Hablar con todos no fue una tarea fácil, algunos de los iniciales invitados se negaron a participar, entre ellos el filósofo Fernando Savater.

La Pelota Vasca debe su nombre a una analogía que Medem encuentra entre el juego de pelota vasca y el conflicto vasco, señalando que ambos son una especie de diálogo entre antagonistas. En el juego la bola es el punto de unión entre dos lados en competencia y en el conflicto y el documental el diálogo podría serlo.

En las primeras escenas, Medem hace un elocuente prólogo: "Esta película pretende ser una invitación al diálogo. Está concebida desde el respeto a cualquier opinión. Es independiente, se debe únicamente a una iniciativa personal. Se solidariza con quienes sufren la violencia relacionada con el conflicto vasco. Esta película siempre echará de menos a quienes no han querido participar".

En la primera intervención se ve al escritor Bernardo Atxaga. Curiosamente sus palabras también lo cierran. Al final, Atxaga nos habla de una metáfora sobre su deseada 'ciudad vasca', en vez de un país vasco. Él sueña con una ciudad vasca plural, donde sus habitantes no caminarían, sino lebitarían debido al peso que se han quitado de encima, al despedirse de toda la violencia y el odio.

Antes de su estreno en el pasado festival de San Sebastián, la polémica por La Pelota Vasca comenzó cuando la Ministra de Cultura española, Pilar del Castillo, rechazó la invitación a verlo y solicitó a las directivas del festival un veto del documental. Ella afirmó que en él "se colocaba la mismo nivel al gobierno español y a ETA". Otras voces del gabinete de José María Aznar han descalificado el documental y han comparado a Medem con Leni Riefenstahl, la documentalista de Hitler. Entre muchas declaraciones de apoyo y censura a Medem La Pelota Vasca se ha convertido en el documental mas visto en toda la historia del cine español.

Medem estuvo en el 47 London Film Festival presentando La Pelota Vasca, -por primera vez fuera de España-. Una vez más la intolerancia institucional continuó. La Embajada Española en Londres declaró a Medem Persona No Grata e incluso retiró su patrocinio económico del festival. Pero el público y la crítica que vio el documental ovacionaron y reconocieron la honestidad con que Medem hizo su trabajo. He aquí algunas opiniones extraídas de una conversación sostenida con Medem durante su visita al festival.


Ramiro Camelo: Julio, tú eres conocido como director de ficción, ahora presentas tu primer documental. ¿Fue dificultosa esta decisión de pasarte a este género o fue algo natural?

Julio Medem: No sé cómo decirlo… La decisión fue algo importante, pero yo creo que de alguna forma dentro de mí estaba esta intención desde hacia tiempo, de hablar de la cuestión vasca, en un lenguaje que fuera mas allá de la ficción. Entonces, después de Lucia y el Sexo, comencé con el guión de Aitor, la Piel Contra la Piedra, pero durante las elecciones vascas de mayo del 2001 y viviendo en Madrid, vi hasta qué punto llegaba el grado de tergiversación y manipulación informativa que se ejercía desde el gobierno español sobre el problema vasco. Por ejemplo, estaban colocando a un mismo nivel al nacionalismo vasco democrático con el terrorismo y yo, que no soy nacionalista, nunca lo he sido, pero sin embargo como vasco me sentí ofendido porque se estaba cometiendo un acto de injusticia muy grande y sentí que faltaban muchas voces. Porque en España sólo había una manera de hablar del tema vasco, el resto está prohibido y por eso me lancé en esto de hacer una película en donde se hablara del tema vasco.

Yo en principio quería que estuvieran todos los ángulos posibles del conflicto. Quiero decir que en la equidistancia en la que yo ahora me he visto obligado a ocupar, es una posición que yo no deseaba, pero bueno, al final algunos no han querido estar, el gobierno Español y el Partido Popular han rehusado participar, para luego acusar que al documental le falta algo, incluso sin verlo. Pero la decisión, por supuesto, sí que fue difícil, la tomé enseguida, pero sabía que iba a ser algo definitivo que marcaría de alguna forma mi vida y mi trayectoria.

R. C: El documental comienza con una declaración "…Esta película concebida desde el respeto a cualquier opinión. Es independiente, se debe a una iniciativa personal...". Entonces, tú que eres un vasco y querías mostrar toda la profundidad del conflicto con muchas ideas y voces. ¿Pero hasta qué punto has logrado ser objetivo?

J. M: Claro, esto es muy difícil, o tal vez imposible, por lo menos para mí. Bien, la intención a priori era que tenía que ser objetivo, yo he deseado siempre serlo y aquí quería que mi opinión no importara, pero que cada uno de los que participara fuera respetado. Evidentemente, es difícil también, como cada uno tiene sus propias manos, unas manos únicas que dejan sus propias huellas y las mías también. Pero yo, incluso en el montaje, he intentado mantener siempre esa 'subjetiva objetividad'. Luego, si que es cierto que en el documental hay una serie de voces que se organizan como una polifonía. Yo no tengo voz allí, no hay voz en off.

Siento que me he asomado un poco a través de esas piezas del montaje, esa puede ser mi voz. También es verdad que al momento en que los extremos no quieren estar. Pienso que es necesario aclarar que la cúpula de ETA no habla, tampoco el gobierno del Partido Popular porque ellos han marcado un pensamiento y todo lo que sea cuestionarlo o que haya otras voces, levemente distintas, ya les parece algo tendencioso y radical. Ellos están ocupando continuamente los medios de comunicación, casi en la absoluta mayoría son de ellos, entonces no les interesa darle espacio a otros. Así es que vivimos en una democracia totalitaria.

R. C: ¿Fue muy difícil convencer a toda esta gente a participar en el documental? Porque ellos saben que existe la posibilidad de poner su vida en riesgo…

J. M: Bueno, yo escribí una memoria antes en la que hablaba de cómo se llevaría el documental. Allí había una lista en la que estaba mucha más gente, porque sabíamos que muchos no iban a participar. Por un lado yo quería contar el conflicto moral, la tragedia moral debido a que ETA existe y amenaza, por eso hay victimas que participan, que aceptaron estar allí sin dudarlo.

Sin embargo, también está mi compromiso con el conflicto político, eso explica que haya tantos políticos en el documental, mucha gente opina que el conflicto vasco es "politico-dependiente". Aparecen políticos, psicólogos, escritores y artistas, hubo también alguna gente particular, que han tenido miedo, que no han querido hablar y los que hablaron probablemente habrán pasado a formar parte de listas negras. Yo a la cabeza, por supuesto, que ya estoy (risas…). Ahora estoy en una situación que es un tanto absurda, porque… no sé ni como definirla, el asunto es que el documental está calificado por el Ministerio de Cultura como producción española y yo vengo a Londres a participar en el festival y la Embajada de España me da la espalda y el Instituto Cervantes, que vela por la difusión del idioma y la cultura española, tampoco me ha respaldado… me siento como desheredado.

R. C: En una entrevista en el Diario Vasco afirmabas que tu vida ahora se divide 'antes de' La pelota vasca, y 'despues de'. Ese después parece ha sido bastante difícil. Como tú mencionaste que ahora ciertas personas te miran con otros ojos, que eres considerado alguien sospechoso. Pero ya en campo de relaciones más personales, ¿tienes amigos que, por ejemplo, te hayan quitado el saludo o algo similar?

J. M: Por suerte mis amigos personales no son del Partido Popular. (Risas…) Pero cuando yo dije eso al Diario Vasco, fue antes de la exhibición en público. Yo sabía que el documental iba a ser polémico, pero nunca imaginé, ni yo, ni nadie pensó que sería de estas proporciones. Ni en mis peores pesadillas yo pude predecir todo esto. Luego, esta polémica ha hecho que hoy día estemos haciendo las cuotas de taquilla más altas de espectadores por copia de documental en toda la historia del cine español.

Todo comenzó cuando dos de las personas incluidas acusaron que "el documental inducía al terrorismo, que no había victimas, ni respeto por ellas". Estas declaraciones se hicieron públicas. El caso es que después del estreno en el Festival de San Sebastián hubo una ovación que yo nunca había tenido en mi vida. Uno de los momentos más importantes que recuerde. Además, esa misma noche nació mi tercera hija, Ana. Entonces, fue un día lleno de emociones. Seguramente que no voy a tener otro día como ése. Pero de todas formas tengo que decir sinceramente que ahora no estoy bien. Estoy muy decepcionado, como refugiado en mi casa, sólo mi familia me salva la vida. Me siento víctima en un deslizamiento por tanta mentira, tanta manipulación y tanta calumnia, es muy descorazonador. A pesar de que para el documental en bueno, porque evidentemente asegura mas espectadores e incluso ellos están dando la razón a lo que se dice allí.

R. C: Acabas de decir que te sientes como refugiado en tu casa. ¿Sientes que tu vida podría estar en peligro por ETA ?

J. M: No, quiero pensar que no. No es ese peligro físico. Evidentemente el boicot que hay sobre mí es muy fuerte y seguirá hasta cuando vaya a realizar Aitor, la película de ficción. Pues para entonces estaré pensando en una salida, un tipo de co-producción mixta o algo así.

R. C: Al emprender la realización del documental tú dijiste muy claramente que no querías odiar, que no deseabas algo hecho desde el odio. Era como tu compromiso y así lo hiciste. Ahora eres tú el que es odiado. ¿Como ves ese tipo de paradoja?

J. M: Me siento odiado por la derecha español. Entonces ahora me resulta mas difícil mantenerme en esa posición del no odio, pero lo sigo intentado... de verdad. Es como una especie de autosugestión, que lo tengo que hacer y pienso en Aitor, que es el personaje de ficción de la próxima película, que hasta ahora está soñado. Él es capaz de odiar. Pero, por supuesto llevaba mucho tiempo buscando la manera de encontrar como comprometerme con lo que me quería comprometer.

También entiendo que como artista ya había comenzado a tener cierta voz, además estaba fuera de sospecha, pero ahora estoy bajo sospecha entre cierta gente en España. También es verdad que el documental está sirviendo para romper, no sé en cuanta medida, esa imagen negativa en España con respecto al conflicto vasco. Además, están pasando cosas en otros lugares debido a que desde nuestra pagina web, donde hay un foro amplio, muchas personas que pensaban que el tema vasco era solo lo que la prensa oficial mostraba, ahora parece que lo ven de otra forma. En ese sentido está resultando muy satisfactorio para mí.

R. C: Una de las voces del documental dice: "…Quiero ser vasco, pero no como me han dicho que debo ser". Esa frase me parece muy diciente sobre el ser vasco. ¿Como la recibes tú?

J. M: Yo personalmente me siento muy identificado con ella. Evidentemente yo no me identifico con todos los que hablan en el documental, sería imposible… pero hay algunos con los que sí, por ejemplo con Ramón Alzate quien lo dijo y es verdad para mí también. Como ser yo mismo. No soy nacionalista porque no quiero una patria única Vasca. Preferiría que fuésemos una sociedad plural, donde cada uno se instale en su sentimiento de pertenencia hacia un colectivo, un lugar, una cultura, como quiera, eso es un sentimiento muy personal, intransferible.

Pero a mí la derecha me está negando, dicen cosas como, por ejemplo, que detrás de mí está [Juan José] Ibarretxe pagándome para que yo sea lo que soy. Y sobre esto del dinero, el caso es que el documental ni siquiera está subvencionado. Ni por el gobierno de Madrid, no lo quisieron hacer, ni tampoco por el gobierno Vasco. Entonces me la he tenido que jugar solo. Al final, ellos no me dejan ser lo que yo digo que soy.

En cuanto a ese sentimiento que dice Alzate que cada uno tiene el derecho a sentirse el vasco que quiera y como quiera. Pero a mí me quieren vestir con la piel del diablo, yo que soy una persona de izquierdas, que me identifico con la autodeterminación, por ello creo que debería haber un referendo en el País Vasco como una medida democrática. Yo no entiendo qué demócrata es el que tiene miedo a un referendo. Lo que hace el gobierno español es cerrar las puertas a esto.

R. C: Escuchando a los participantes del documental se podrían identificar varios conceptos que se repiten en sus declaraciones y que son definitivos para encuadrar el conflicto vasco. Son: soberanía, autodeterminación, identidad, independencia. Desde tu punto de vista, ¿en cuales de ellos crees tú que están mas avanzados o en cual hay todavía objetivos por lograr?

J. M: Digamos que el de la identidad está en una situación interesante. Asimismo, a partir de toda esta política terca y autoritaria del Partido Popular, ha surgido un movimiento que está consiguiendo que más gente se quiera independizar hoy en día. Luego por otro lado, el gobierno Vasco ganó unas transferencias autonómicas, desde hace 25 años, conocidas como el estatuto de autonomía de Guernica, pero durante todo este tiempo las transferencias de autonomía no han sido cedidas en su totalidad, porque el gobierno español no ha querido hacerlo y esto es un motivo de frustración.

Al final yo creo que las reclamaciones nacionalistas son las de toda la vida y seguirán hasta que se acepte un referendo, esa es la clave fundamental, como el caso de Quebec, un referendo en el cual cada cinco años los vascos decidamos qué queremos hacer. Eso quiere decir autodeterminación.

R. C: Finalizando. Al mirar la complejidad del asunto ¿crees tú que hay una solución a la vista sobre el conflicto político vasco o que el pueblo vasco logre control de su territorio y cultura?

J. M: Bueno, la cultura y tradiciones se mantienen. Lo que se está pidiendo desde el nacionalismo vasco es un estatus político diferente. O por lo menos que los vascos seamos quienes elijamos si queremos pertenecer a España. Esa pretensión, mientras el gobierno siga siendo el Partido Popular, es imposible de alcanzar. La única esperanza es que en las próximas elecciones generales de marzo, el Partido Socialista pueda lograr hacerse al mando y las cosas serían diferentes.

No hay comentarios: